lunes, 10 de junio de 2019

SECHIN Y CARAL


Comienza el regreso
De Piura comienzo el regreso a Lima con dos paradas intermedias, una en Casma para ver Sechin y otra en Huacho para ver Caral.
Casma es un pueblo tranquilísimo y pausado, todo va muy despacio y como es de prever las visitas arqueológicas están sujetas a tus propias posibilidades de ir y volver por tus propios medios, es decir, a golpe de mototaxi y extraer tus propias conclusiones de lo que allí veas.
Sechin es un complejo arqueológico de lo mas interesante, pues a parte de estar datado de mas de 3000 años y ser muy pequeño lo excavado y puesto en valor son los muros perimetrales de un templo a cuyo alrededor se narra con bajorrelieves una especie de romería o procesión de los guerreros y sacerdotes ofreciendo a los dioses la victoria de una batalla o similar con una profusión de guerreros, sacerdotes, cabezas de derrotados con una expresividad magnifica y formado por cientos de estos relieves.
Aparte hay un pequeño museo que explica que este yacimiento forma parte de una serie de ellos que hay en la zona y que incluyen el observatorio astronómico más antiguo de América y unos geoglifos mas antiguos que los de Nazca, los de Pampa Colorada.
Una vez cumplido el objetivo de ver Sechin, el objetivo era Caral, así que me fui a Huacho, desde donde “a priori” era más fácil acceder a la zona de Caral, pero como todas las cosas no resultó fácil pues los tours solo se organizan si hay suficiente gente, normalmente esto es los fines de semana, con lo cual se puso muy difícil ir en un tour y no me quedó mas remedio que ir en privado. Para todo esto me enteré que no solamente es Caral donde hay zonas arqueológicas, sino que toda la comarca esta inundada de ellas. Solamente en el Valle de Caral hay veinticinco yacimientos a la espera de poder excavarlos.
En el valle están: la zona de Bandurria, que visité y está a nivel del mar y tiene una forma de edificación especial, pues esta construido con cantos rodados, a diferencia del resto que utiliza roca. Hay otras dos zonas arqueológicas cercanas, Vichama con restos de relieves y enlucidos de color y Aspero.
Respecto a Caral resulto una experiencia interesante, pues aparte de ser grandísimo y de que lo excavado da forma a lo que era la ciudad resulta curioso lo que te cuentan de cómo se desarrolló y como se desalojó sin saber muy bien por qué y como las demás culturas que pasaron por allí lo respetaron, pues no se han encontrado en el área arqueológica restos de civilizaciones posteriores, aunque si en los alrededores.
Cronológicamente es el segundo centro donde surge una cultura, solo Mesopotamia es anterior.
Una vez acabada mi visita vuelvo a Lima a hacer las ultimas compras y visitas.




















domingo, 2 de junio de 2019

ABURRIMIENTO EN PIURA


Piura
Llegar a Piura fue como volver a encontrarme con la civilización. Vuelta al trafico intenso, a los mototaxis, al ruido intenso y la suciedad. Encontrarte de nuevo con la gente queriendo venderte cualquier cosa o pidiéndote que les ayudes.
Por lo demás Piura lo único que puede presumir es de tener una Plaza de Armas con muchísima sombra y una colección de abuelos sentados en ella la mayor parte del día.
Así y todo, he dado largas caminatas intentando descubrir rincones, placitas, etc. En las que poder pasar un rato, pero ha sido difícil, casi imposible no refugiarse en la plaza.
En cuanto a la organización de tours y esas cosas que nos gustan a los turistas, las cosas son poco menos que imposibles para los turistas normales. Estuve una mañana peregrinando de agencia en agencia que muy amablemente me mandaban a otra porque ellos no se ocupaban de eso y posiblemente en la otra me lo solucionaban. Así que al final opte por lo mas racional, irme en un micro mas un mototaxi al sitio donde quería ir.
Quería ver unas excavaciones que hay cerca de un pueblo que se llama Catacaos, así que de buena mañana cogí transporte y me fui. El pueblo es pequeño y se dedica a la artesanía de joyería de filigrana en oro y plata y a la producción de sombreros. Fui en un mototaxi a ver Narihuala que así se llama la zona arqueológica que no tiene ningún interés fuera del local y me volví a dar un paseo por el pueblo que resulto agradable y sobre todo tranquilo.
El resto de los días en Piura han consistido en ver un poco los cuatro atractivos turísticos y sobre todo grandes sentadas en la Plaza de Armas con peregrinaciones por la ciudad indagando de donde salían autobuses para llegar a Casma. Digo grandes peregrinaciones porque al no estar centralizadas las terminales cada línea tiene la suya, generalmente en diferentes puntos de la ciudad.
Espectacular en Piura es el enorme mercado Central, que ocupa varias manzanas y da miedo casi andar por los alrededores, tal es la suciedad y el barullo que allí hay.
Así que poca cosa mas de mi paso por Piura.















sábado, 25 de mayo de 2019

CHACHAPOYAS


Tres días en Chachapoyas
Abandoné Chiclayo con una cierta alegría de alejarme del bullicio de la ciudad.
Después de una noche de viaje en autobús aterrice a las 6 de la mañana en Chachapoyas sin una imagen clara de que es lo que podía pasar. Tras algunas gestiones, por fin me instalé en plena Plaza de Armas, en un hotel situado en una casona colonial, con un patio precioso y añejo, casi como un nuevo conquistador. Pero al poco me recogieron para hacer mi primera excursión, ir a una cueva con estalactitas y estalagmitas y restos de pinturas rupestres y a ver los sarcófagos de Karajia.
Así que me monté en el minibús y comencé mi periplo de valles y cimas, por carreteras (bueno casi) sin asfaltar, dando saltos continuamente y agarrado al asiento para no caerme en las curvas. De camino a la cueva de Quiocta paramos en el restaurante donde íbamos a comer y nos proveyeron de botas de agua pues el suelo de la cueva tiene fango.
Yo ya empecé a mosquearme y cuando llegamos allí y me explicó la guía que solo eran formaciones geológicas lo que había, directamente me negué a ir más allá y me salí tan contento a admirar el paisaje mientras mis compañeros se llenaban de barro. Después de comer por fin nos llevaron a la atracción, los sarcófagos de Karajìa.
Estos están situados en un acantilado rocoso que servia de cementerio a las élites de la cultura Chachapoyas.
Esto, después de bajar en línea recta como un Km. Por una pendiente notable o mas que notable. Bajar, bajamos bien, pero al subir, yo, calculando mis fuerzas, contraté un caballo y me hice subir como un autentico señor feudal, con el dueño del caballo tirando del ronzal y no sin cierta vergüenza por mi parte, bueno, pero era eso o prolongar la subida “sine die” pues no estaba claro que llegara arriba.
Por fin regresamos. Cena, cama y a la mañana siguiente otra vez al tajo. Esta vez el objetivo eran las ruinas de Kuelap que están consideradas de importancia similar al Machu Pichu, aunque de la cultura Chachapoyas.
Otra vez la misma historia, un funicular que te deja en la cima donde están las ruinas no funcionaba y la alternativa es subir como quinientos metros con doscientos aproximadamente de desnivel.
Tras el consabido traqueteo del micro llegamos y esta vez hice el esfuerzo de subir.
La verdad es que el guía era muy amable y había dos parejas de abuelos en peores condiciones que yo, lo cual facilitó el ritmo de la expedición.
Las ruinas son espectaculares no solamente por la conservación sino por el enclave.
Uno piensa que razones tendrían para situar una ciudad de entre 5 y 10 mil habitantes, con unas murallas de más de 20 metros de altura en lo alto de semejante cerro y se hace cruces.
Desde lo alto el panorama es esplendoroso, pero se nota que ellos, las clases dirigentes que allí vivían, no se tenían que preocupar de llevar la comida ni lo demás, que solo se dedicaban a sus ritos y estudios.
En este tipo de tours sigo necesitando mas tiempo para verlo pues los recorridos son muy rápidos y apenas tienes tiempo de reflexionar sobre lo que ves.
A medio camino entre las ruinas y el microbús comimos en una especie de restaurante de unos lugareños y con las mismas volvimos al traqueteo de la vuelta que para completar el día nos sorprendió con un tormentòn y un fabuloso arco iris andino.
Hoy me he dedicado a descansar y sobre todo a hacer fotos de Chachapoyas que tiene un centro colonial muy bien conservado, sin grandes edificios, pero conserva la forma que debió de tener en la época colonial y sobre todo exteriormente está muy bien conservado.
Además, creo que de lo que yo he visitado es la única ciudad sin mototaxis y con poquísima circulación y gente en las calles.
Así pues, disfrutando de esta tranquilidad por fin he podido ponerme un poco al día con mi blog.
De las sensaciones que me han producido la gente, tanto los habitantes de la zona como los turistas que me encuentro, seria un tema muy largo de contar, pero en esencia cambia el concepto, son gente mas tranquila que la costa, sus ritmos de vida son mucho mas lentos y, por ejemplo, no es raro que las personas te den los buenos días al cruzarse contigo por la calle o sentados en un banco de la Plaza de Armas. Parece que no están inmersos en la vorágine del mundo moderno, como si vivieran en una especie de ciudad fuera del mundo actual.