miércoles, 27 de marzo de 2019

POCO A POCO DESCUBRO LIMA


Al fin tomándole el ritmo a Lima.
Poco a poco y a base de frustraciones (entrecomilladas), voy cogiéndole el gusto a la ciudad.
Ayer, tonto de mí, decidí ir a ver museos, olvidándome que los lunes cierran en todo el mundo mundial. Así que después de darme una caminata bastante grande, finalmente para quitarme las penas cogí el terrible Metropolitano, que no es tan terrible, bien es verdad que va lleno, y me planté en la otra punta de Lima, en Barranco.
La verdad es que fue como cambiar de mundo, todo es más tranquilo y bucólico con muchísimo guiri paseando en bici, con patinetes, etc. cosa inimaginable con el tráfico en el centro de Lima.
A posteriori me han explicado que allí, en Barranco, es donde se habían establecido los descendientes de europeos que vinieron a Lima y que en su origen tenían ranchitos y hoy día es un recinto de la vida bohemia, artistas, artesanos, modistos, etc. Que hacen de su vida un remanso contra el estrés de la vida en la ciudad, además esta en la costa y tiene playa.
Ya de vuelta a mi zona de confort limeña, el Congreso popular de la Plaza San Martin, relajo y sondeo por los distintos mítines que hay todos los atardeceres y a descansar.
Hoy amaneció y después de solucionar logística y aprender que los cajeros además de darte topes de 400 soles, también te dan 300 dólares, que es mucho mas dinero, recibí la visita de parte de mi familia peruana y estuvimos un buen rato charlando de Perú, de su familia santanderina, etc.
Cuando se fueron comencé mi mañana museística al fin y he estado en ello hasta que me he puesto a escribir esto.
Los museos que he visto, además de reafirmarme en lo poco que conocemos de las culturas del país, no solo de las históricas, también de las actuales pues hay una enormidad de variables difíciles de imaginar.
En ese recorrido museístico me ha sorprendido uno, Museo de Minerales Andrés del Castillo, que tiene una colección de minerales impresionante, además de cerámicas precolombinas muy bien clasificadas. Bastante extensa para ser particular.
El Museo Nacional de la Cultura Peruana además de estar en un edificio horroroso es curioso pues el tema de los artesanos entronca con las piezas arqueológicas en algunos casos casi sin transición. Me tienen fascinado los trípticos esos de historias que hacen en Ayacucho, los retablos ayacuchanos, que tratan de todos los temas posibles divinos o humanos y que van desde el tamaño de una caja de tabaco a algunos de muchísimo mayor tamaño,
Finalmente en el MALI he visto al fin uno de los Arcángeles Arcabuceros original, aparte de otras muchas cosas, con lo cual ha cuajado un día casi perfecto.




































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