PUERTO NATALES
Desde Punta
Arenas me trasladé a Puerto natales en autobús. En un principio todo fue bien,
me instalé en un hostal que tenía reservado, y aunque llegué un día antes,
pareció que no había problema. Pasé toda la tarde poniendo a punto mis cosas y,
cuando después de dar una vuelta por el pueblo estaba a punto de acostarme, se presentó
el dueño y me dijo que me tenía que ir porque olía muy mal. Así que a las diez
y media de la noche me vi con mis cosas en la calle buscando alojamiento y
maldiciendo al tipo.
Por suerte,
cuando iba caminando hacia el centro, sin saber muy bien que hacer, me encontré
con un muchacho que me indico un sitio donde él tenía una cama en habitaciones
compartidas y llamó al dueño para ver si tenía. Llegamos y resultó que además
de ese el dueño tenía un hostal con habitaciones individuales. Llamó a su hijo
para que viniese a buscarme y al fin me instalé allí. El hostal se llama ARKYA
y aunque está un poco lejos del centro y, después del susto, he disfrutado de
una estancia encantadora. Es un sitio tranquilísimo, con una gente encantadora que
parece que estás en tu propia casa. Además no hay un solo ruido.
Con esto
empecé mis pesquisas sobre el viaje y lo que se podía hacer en Puerto Natales.
Al final
opté por hacer una navegación a los glaciares Balmaceda y Serrano un día y otro
un “full day” al parque Nacional Torres del Payne.
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