Aùn hemos estado en Bariloche dos dìas màs, dìas de ocio y compras, ademàs de algunos paseos por la ciudad.
La ciudad, aparte de la oferta turìstica no ofrece gran cosa pues en cuanto te sales de lo que allì llaman el microcentro todo son cuestas y casas. El microcentro es, como ya he dicho, un conglomerado de comercios, bares, hoteles y algun espacio verde, enfocado a que el turista se gaste el dinero y consuma.
La verdad es que el trato que le dan al turista es siempre muy bueno, pues no se alteran ni te ponen mala cara nunca, les hagas dar las vueltas que les hagas dar y les pidas las cosas màs exrrañas que se les pueda pedir.
Uno de los dìas decidimos ir a visitar unas cuevas que hay cerca de Bariloche. Estan en un pueblo que se llama Dinahuapi y en un cerro que se llama Cerro de Leones. Son varias cuevas donde vivieron los primitivos habitantes de la zona, estàn datados restos de màs de siete mil años, y se llama de leones porque cuando lo descubriò Manuel P. Moreno en el cerro habìa muchos pumas.
Las cuevas no son en si gran cosa, màs que cuevas son oquedades producto de la implosiòn de un volcàn en el Cretàcico. Formadas por rocas basàlticas con forma laminar son muy curiosas. Una de ellas deja paso al interior (difìcil paso) donde existe una pequeña laguna. Eso es lo que dicen pues yo me neguè a entrar arrastrando.
Lo mas maravilloso del Cerro Leones sin duda son sus vistas panoràmicas a toda la Cordillera y al Lago Nahuel Huapi. Son las mejores porque ademàs tienes una vision de 360ª alrededor del cerro divisando no solamente la cordillera y el lago sino tambien una basta llanura de estepa salpicada por rìos y estancias.
Bueno esto y poco màs ha deparado nuestra visita a San Carlos de Bariloche.
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