El jueves dedicamos el dìa a seguir con nuestra visita a la ciudad. En nuestro paseo nos llegamos a visitar un museo muy interesante, el Museo de Arte Etnico Americano Pajcha, donde hay una mezcla de cosas indìgenas de diferentes culturas, asì como objetos muy curiosos y que te dan una visiòn global de las diferentes culturas amerindias. Ademàs te sirve de referencia para saber que puedes ver y donde. Un ejemplo es una colecciòn de àngeles con armas de fuego que podremos encontrar en las iglesias de Uquìa y Casabindo. Despuès fuimos a la estaciòn del Tren de las Nubes en un ejercicio de masoquismo, pues ya sabìamos que aùn no funciona y de paso ver una calle llena de peñas folklòricas.
El resto del dìa fue un paseo de compras, disfrute de edificios y calles de la ciudad.
El viernes tocaba excursiòn larga y efectivamente lo fue. Salimos como a las 7,30 de la mañana en un vehiculo 4x4 junto con nuestro conductor-guia y una pareja de italianos. Ibamos dispuestos a hacer uno de los circuitos que nos llevarìa, siguiendo un recorrido paralelo al Tren de las Nubes, hasta San Antonio de los Cobres pasando por la Quebrada del Toro y las ruinas de Santa Rosa de Tastil, para despues empalmar con la Salinas Grandes y volver visitando Purmamarca.
La excursiòn tuvo una primera parte tranquila pues, al ser pocos, fuimos charlando, parando en algunos sitios y enteràndonos de màs cosas sobre la regiòn.
Visitamos una zona arqueològica en Santa Rosa de Tastil que en realidad son los restos de una ciudad preincaica de la etnia Tastil que llegò a ser muy importante antes de la conquista inca de la zona y son grandisimos. A diferencia de Quilmes esta no està reconstruida y se puede apreciar tal cual era.
Seguimos viaje y paramos a comer en San Antonio de los Cobres, un pequeño pueblo minero en plena puna, donde probamos un buen filete de llama, riquisimo.
Ahì ya nuestro conductor junto con otro decidieron, previa consulta con los pasajeros de ambos vehiculos, intentar saltarse el itinerario y cruzar la salina en vez de bordearla.
Lògicamente dijimos que si, aunque nos informaron de los riesgos, y emprendimos el viaje hacia las Salinas Grandes. Al llegar todo era maravilloso, encontrarte en mitad de una salina inmensa de unos 70 por 30 km, a casi 4.000 m,parado haciendo fotos y bromas daba una sensaciòn de libertad extraordinaria. Total que seguimos poco a poco adentrandonos en la gran masa blanca, con paradas para sondear la ruta pues allì todo es igual, hasta que el conductor del otro coche perdiò la huella y se quedò atrapado en una zona de borax.
Ahì empezò la odisea para poder sacarlo y todos tuvimos nuestras dudas sobre si ibamos a conseguirlo o no. Finalmente con mucho esfuerzo de todos, los pasajeros incluidos, y tras un par de horas intentandolo conseguimos sacarlo.
Mientras durò la odisea los distintos pasajeros intentabamos ayudar. Cada uno tenìamos diferente grado de preocupaciòn, pues te encuentras en mitad de la nada y no sabes que hacer y, caso de no poder sacar el coche como iba a terminar la aventura.
Finalmente, una vez conseguido el rescate, nos dimos media vuelta en medio de la satisfaciòn general y rodeando la salina seguimos camino a Purmamarca.
El camino a Purmamarca es una ascensiòn a mas de 4.000m. y un descenso vertiginoso a los 2.000 en solo 30 km. Nuevas paradas para las fotos, una ùltima en el pueblo para fotografiar el Cerro de los Siete Colores y tomar un cafe y vuelta a Salta donde llegamos tarde, cansados y orgullosos de la aventura sufrida.
Leído todo !!!
ResponderEliminarBuen día, aventura incluida. La foto de la salina...impresionante!!
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