Capitulo 8º - USHUAIA 2 – LA CIUDAD
Además de lo ya contado sobre lo hecho en
Ushuaia nos queda relatar nuestras vivencias de estos días que no hemos salido
de ella.
Es una ciudad de unos veinte mil
habitantes, muy alegre y bullanguera donde la vida transcurre casi en su
totalidad en dos calles: San Martin y Maipú. El resto d la ciudad prácticamente
carece de vida y todo, o casi todo, gira alrededor del turismo.
La calle Maipú es la fachada costera y es
una larguísima avenida que corre paralela al mar. Ahí están situados los
principales edificios de la ciudad y el puerto, repleto de idas y venidas de
gente: cruceristas, excursionistas del canal Beagle, remix al Parque Nacional y
tráfico, mucho trafico.
Además cuenta con un magnifico y amplio
paseo para, cuando hace buen tiempo, descansar o solazarte dejando transcurrir
las horas.
La calle San Martin es la calle comercial
por excelencia. En ella se dan cita toda serie de comercios, con toda clase de
objetos, desde ropa para montañeros hasta los bazares con los regalos mas
dispares.
Junto a los comercios hay muchos bares,
restaurantes y kioscos de chucherías que venden de todo lo que uno se pueda
imaginar.
Hay una especie de veneración hacia lo que
ellos denominan edificios históricos, la mayoría convertidos en pequeños museos
de historias de la localidad o de la fauna y flora de la Tierra de Fuego.
Son en su mayoría edificios con una
construcción de madera y techos de latón y colores muy llamativos que ninguno
sobrepasa los 150 años de existencia.
Como el clima es muy gris y triste utilizan
los colores para dar sensación de vida.
Al final del paseo marítimo (calle Maipú)
hay una casa que han trasladado allí y han restaurado, que es la casa Beban.
La mayoría de las casas de más de cien años
se conocen como esta por el nombre de sus propietarios que de alguna forma son
los primeros pobladores de Ushuaia y los que la hicieron crecer como ciudad. La
mayoría de estos primeros emigrantes eran del resto de Europa y llegaron en una
de esas colonizaciones a finales del siglo XIX. Un lugar curioso es un bar
panadería que se conserva como las antiguas tiendas españolas donde uno se
encontraba de todo y además era bar. Se llama Ramos Generales “El Almacén”.
En Ushuaia como en todos los sitios en los
que hemos estado el nivel medio de la comida es excelente, pues cocinan además
de la parrilla, los asados, sobre todo de cordero. Es sorprendente ver a los
maestros parrilleros trabajar preparando esos bifes, ese asado de tira, ese
cordero…
Dos cosas mas con respecto a la comida:
una, la gran variedad de postres y dulces que existen, y otra el magnifico
chocolate.
Por lo demás Ushuaia es un conglomerado de
casas absolutamente anárquicas en cuanto a la construcción, diseminadas en una
ladera con unas pendientes increíbles.
La gente es muy tranquila y de un trato
exquisito con el turista. Te hacen sentirte a gusto les pidas o les preguntes
cualquier cosa que sea. Te dan toda clase de explicaciones y tratan de solucionarte
tus problemas con gran tranquilidad y una sonrisa, hasta te encuentran por la
calle y te preguntan si ya lo solucionaste. Son de trato muy agradable y a la
menor ocasión te preguntan de España o te cuentan que han ido o quieren ir, o
tienen familia allí.
Bueno, con esto se cierra el capitulo
Ushuaia, el próximo en El Calafate.
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