domingo, 10 de febrero de 2013

DIARIO DE UN VIAJE A ARGENTINA


Capitulo 8º - USHUAIA 2 – LA CIUDAD

Además de lo ya contado sobre lo hecho en Ushuaia nos queda relatar nuestras vivencias de estos días que no hemos salido de ella.

Es una ciudad de unos veinte mil habitantes, muy alegre y bullanguera donde la vida transcurre casi en su totalidad en dos calles: San Martin y Maipú. El resto d la ciudad prácticamente carece de vida y todo, o casi todo, gira alrededor del turismo.

La calle Maipú es la fachada costera y es una larguísima avenida que corre paralela al mar. Ahí están situados los principales edificios de la ciudad y el puerto, repleto de idas y venidas de gente: cruceristas, excursionistas del canal Beagle, remix al Parque Nacional y tráfico, mucho trafico.

Además cuenta con un magnifico y amplio paseo para, cuando hace buen tiempo, descansar o solazarte dejando transcurrir las horas.

La calle San Martin es la calle comercial por excelencia. En ella se dan cita toda serie de comercios, con toda clase de objetos, desde ropa para montañeros hasta los bazares con los regalos mas dispares.

Junto a los comercios hay muchos bares, restaurantes y kioscos de chucherías que venden de todo lo que uno se pueda imaginar.

Hay una especie de veneración hacia lo que ellos denominan edificios históricos, la mayoría convertidos en pequeños museos de historias de la localidad o de la fauna y flora de la Tierra de Fuego.

Son en su mayoría edificios con una construcción de madera y techos de latón y colores muy llamativos que ninguno sobrepasa los 150 años de existencia.

Como el clima es muy gris y triste utilizan los colores para dar sensación de vida.

Al final del paseo marítimo (calle Maipú) hay una casa que han trasladado allí y han restaurado, que es la casa Beban.

La mayoría de las casas de más de cien años se conocen como esta por el nombre de sus propietarios que de alguna forma son los primeros pobladores de Ushuaia y los que la hicieron crecer como ciudad. La mayoría de estos primeros emigrantes eran del resto de Europa y llegaron en una de esas colonizaciones a finales del siglo XIX. Un lugar curioso es un bar panadería que se conserva como las antiguas tiendas españolas donde uno se encontraba de todo y además era bar. Se llama Ramos Generales “El Almacén”.

En Ushuaia como en todos los sitios en los que hemos estado el nivel medio de la comida es excelente, pues cocinan además de la parrilla, los asados, sobre todo de cordero. Es sorprendente ver a los maestros parrilleros trabajar preparando esos bifes, ese asado de tira, ese cordero…

Dos cosas mas con respecto a la comida: una, la gran variedad de postres y dulces que existen, y otra el magnifico chocolate.

Por lo demás Ushuaia es un conglomerado de casas absolutamente anárquicas en cuanto a la construcción, diseminadas en una ladera con unas pendientes increíbles.

La gente es muy tranquila y de un trato exquisito con el turista. Te hacen sentirte a gusto les pidas o les preguntes cualquier cosa que sea. Te dan toda clase de explicaciones y tratan de solucionarte tus problemas con gran tranquilidad y una sonrisa, hasta te encuentran por la calle y te preguntan si ya lo solucionaste. Son de trato muy agradable y a la menor ocasión te preguntan de España o te cuentan que han ido o quieren ir, o tienen familia allí.

Bueno, con esto se cierra el capitulo Ushuaia, el próximo en El Calafate.

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