jueves, 28 de mayo de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - BUENOS AIRES Y MONTEVIDEO





De vuelta a Buenos Aires

Una vez llegué y me instalé me fui a tomar algo y allí la sensación de haber vuelto a la civilización me sorprendió y me reconforto del cansancio que llevo encima.
Sentado en una terraza, con un café que es café y contemplando el ir y venir de los bonaerenses por la calle me volví a sentir un ciudadano de la parte occidental del mundo. Todo volvía a estar organizado, la gente iba a sus cosas más o menos rápida y sobre todo ya las aceras no eran ese inmenso mercado con los vendedores permanentemente sentados esperando que alguien pase y les compre lo que venden.
Además el tráfico, aunque denso, ya se rige por normas y no es la lucha de el que más valor tiene pasa y el otro espera, ni ese sonar continuo del claxon como medida de coacción y fuerza.
El resto de los días los he dedicado a pasear por Buenos Aires sin ningún afán de descubrir nada, a un ritmo muy tranquilo y con poco esfuerzo.
He hecho un recorrido nostálgico de mi visita anterior yendo a los mercadillos de Recoleta y S. Telmo pero con el ánimo de los bonaerenses de ver que hay pero sin el afán de la primera vez. Por cierto que es una delicia pasear por pasear, sin esa urgencia del turista de andar reconociendo lugares y siempre apresurado por lo que hay que ver.
Como lujo fue el ir a ver a Les Luthiers y comprobar que no han perdido un ápice de su humor corrosivo y además en su lugar de origen.

Por lo demás el deseo casi obsesivo de estar ya en casa, que dificulta el afán de indagación de cosas nuevas ha sido la tónica general de estos últimos días, tanto en Buenos Aires como en Montevideo.








jueves, 7 de mayo de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - LA PAZ


La Paz

La llegada a La Paz fue una cosa espectacular e inimaginable para mí pues vienes por una llanura inmensa y atravesando una ya ciudad completamente caótica de tráfico y gente y, cuando piensas que vas a llegar, aparece una gran olla y comienzas a bajar y a ver laderas repletas de casas. Te das cuenta que lo que pensabas no es la realidad y que La Paz ocupa el fondo de esa olla, sin ninguna llanura y superpoblada.
Efectivamente llegas y ves que esta encajonada entre dos cerros que, arriba si tienen llanuras.
Lo primero que te llama la atención es que parece un mercadillo ambulante donde las aceras están abarrotadas de puestos con toda clase de cosas con los/las vendedoras se pasan el tiempo esperando que alguien les compre algún producto de los que venden.
El hostal en el que me alojo esta en medio de ese batiburrillo de calles donde casi no puedes andar.
El día siguiente, 1º de mayo, asistí a la manifestación de los trabajadores que me impresionó tanto por el número como por el perfecto desfile de los mismos, digo desfile porque eso era, organizados por gremios y casi por empresas desfilaban marcialmente gritando consignas revolucionarias, perfectamente organizados con las banderas de los 1001 sindicatos y en grupos.  La manifestación fue numerosa y en la Plaza de S. Francisco, donde yo estaba, hubo un momento donde se encontraron la cabeza y la cola.
Es curioso que frente a la mayoría vestidos a la europea también iban mujeres mayores y menos mayores con la vestimenta típica, con el único cambio de pañuelos de fiesta en vez del “aguayo” típico.
Al otro día, después de gestionar mi viaje a Calamarca pues no hay excursiones allí, me he ido a hacer una ruta por diversos museos. Estos aparte de ser caros son poco interesantes desde el punto de vista cultural pues aunque tienen cosas interesantes no dejan de complementar otros ya vistos en el norte de Chile y Arequipa y además la información que ofrecen es muy escasa. Sin embargo dos me han sorprendido y encantado. En uno de ellos tienen una colección de instrumentos musicales impresionante, parten de instrumentos antiquísimos y llegan a los modernos de los que se tocan o han tocado en Bolivia además de otra colección importante de otros instrumentos de todo el mundo.
En una de las salas hay toda una serie de ellos con rarezas e innovaciones de los músicos de Bolivia que me resulto, lego en música como soy, divertida.
El otro es de costumbres populares y me impresiono la colección de máscaras de distintos bailes y rituales que poseen en Bolivia. La verdad es que son de una belleza y de un colorido espectacular, para hacer un curso de etnografía. Además de las máscaras es interesante el tema de los tejidos, tanto de las distintas técnicas como de la complejidad de la decoración de estos. Interesantísimo también una sala dedicada a los distintos tocados por zonas geográficas y a través de la historia desde los encontrados en la cultura Tihuanaco hasta hoy día.
Con respecto a lo demás echo en falta la plasticidad y facilidad para hacer fotos que aquí no existe ya que sus calles son estrechas, llenas de gente y puestos de venta y sin espacio físico ni tranquilidad posible para hacer algo con alguna dosis de plasticidad aunque la verdad es que tiene edificios muy bellos. Curiosamente en las casas de finales del XIX y principios del XX noto una influencia del arco de herradura y de ese aspecto morisco que no hay en otras ciudades que yo he visitado.
El tercer día de mi estancia en La Paz fue una excursión a las ruinas de Tiahuanaco que fue la capital de una cultura pre-inca que llego a dominar o a tener contactos e influencias en toda Bolivia, Sur de Perú y Norte de Chile, formando un vasto imperio donde intercambiaron no solo productos de la costa al altiplano o viceversa sino que introdujeron en los distintos pueblos de la zona de influencia objetos, costumbres y técnicas novedosas.
El área arqueológica es impresionante por el tamaño y la majestuosidad de los restos. Calcula el guía que en la ciudad vivían unas 20.000 personas y en los alrededores unas 100.000.
Aparte de la ciudad, todavía siguen escavando, hay dos museos, uno de grandes figuras representando a las distintas clases sociales, así como piedras de la ciudad labradas con diferentes símbolos y otro con cerámicas, metales, etc.
A mi modo de ver, ya lo comentaba de los museos de la ciudad, están a falta de información más allá de la época a la que pertenecen o quien los encontró o que significan los dibujos labrados. Cosas que conforman la cultura tiahunaco como la forma de vida, los ritos, en fin, una explicación un poco más profunda de cómo era la vida en esos casi 3.000 años de cultura que desarrollaron.
Además una explicación de porqué desaparecieron disgregándose en una especie de reinos de Taifas antes de la llegada de los incas.
El cuarto día decidí ir por mi cuenta a Calamarca a ver la colección de pintura que hay en su iglesia, fundamentalmente por la colección de Arcángeles Arcabuceros que hay.
En el autobús compartí asiento con un señor que me explico un poco sobre las características del país y sobre todo me hizo comprender y me corroboró algunas de las claves que yo intuía sobre la vida de Bolivia. Además me dio información sobre los diferentes sitios y regiones y sobre el contencioso entre el este y el oeste.
En Calamarca el autobús me dejó en la carretera, así que subí hasta la iglesia y trate de buscar al sacerdote para ver la iglesia. Como no estaba alguien avisó a la lugareña encargada que vino y me abrió la puerta y poco más.
Esperó hasta que yo lo ví con todo el detenimiento, me dejo hacer una foto y cuando me salí cerró y desapareció.
La iglesia es espectacular, tiene un retablo barroco impresionante, con un frontal de plata repujada como pocos que yo haya visto y  sobre todo, una colección de pintura de la escuela  de Cuzco que, aparte los Arcángeles Arcabuceros, es merecedora de una visita.
Lástima como en casi todos los sitios que no dejen hacer fotos. No sé qué manía tienen con el tema. Con las mismas como no había en el pueblo ni un bar y es pequeñito me volví a la carretera a esperar un bus. Después de estar un buen rato allí siendo el centro de atención de los lugareños y ante el hecho de que los buses grandes no me paraban me subí a uno de esos que transportan a la gente boliviana, un Chevrolet años 50, donde me vine a La Paz. Dentro era una amalgama de gente que ofrecía a la vista un panorama muy interesante. Había desde jóvenes wasapeando constantemente hasta abuelitas con sombrero, trenzas y los inevitables “aguayos” que parecían salidas de un libro de antropología.
Todo mezclado con infinidad de olores, no todos agradables. Eso sí, durante el trayecto muy pocos hablaban, parecía que cada uno tenía sus propios pensamientos y no se debía interrumpir.
Cuando llegamos a El Alto nos quedamos una abuelita y yo para bajar a La Paz. En vez de bajar por la autopista el chofer comenzó a bajar en zigzag por unas callejuelas que eran para verlas, casi en vertical en medio del intensísimo tráfico, los peatones cruzando por cualquier lado, etc., en fin que me dejo como a un kilómetro del hostal y desde allí continúe andando en medio de una especie de mercadillo que son las calles de esa zona de La Paz en las que hay tiendas y puestos de las cosas más peregrinas que uno se pueda imaginar.
Luego a la tarde poco más que darme un paseo y bajar a la Plaza S. Francisco a ver el ir y venir de la gente. Siempre hay algo que te sorprende en la plaza.
El quinto día, salí de nuevo con el objetivo de ver la parte de la ciudad que congrega la zona comercial, sacar dinero y ver el Museo Arqueológico. Nada más salir, al cruzar un semáforo, oigo y veo que me hacen señas y era el señor del autobús de Calamarca que me reconoció y, bueno, nos pusimos a charlar en una esquinita al sol como dos viejos conocidos, el ampliándome la visión que el día anterior me había dado y yo dándole mi visión de viajero, raro viajero según él, que le gusta mirar y sobre todo sacar conclusiones de la vida de la gente, no solamente pasar, hacer la foto y ya conozco otro lugar. Al final después de cerca de una hora de charla cada cual seguimos nuestra ruta.
Yo, como en esa parte hay café me senté a tomar uno y a escribir un poco de este diario y cuando todavía no me lo había acabado apareció por el paseo una enorme manifestación de estudiantes, que resultó que era grandísima, así que salí a enterarme y le pregunté a un muchacho que me contó que eran universitarios que tenían problemas con la Universidad.
Viendo el tipo de gente de la manifestación cualquier europeo hubiese dicho, como yo, que eran estudiantes de Secundaria. Y es verdad una cosa que ya había observado y comentado con alguien, esta gente del altiplano pasan de, en apariencia, la adolescencia o primera juventud directamente a la vejez.
No ves por la calle esas mujeres de edad media indefinida o ves muy pocas. No sé si será porque la forma de vestir las hace parecer mucho más mayores o qué puede ser. El muchacho de esta mañana me decía que era cosa del clima del altiplano.

Después me di un paseo y fui al museo pero parte de la colección estaba en remodelación. En este sí que había bastante información sobre las diferentes culturas de Bolivia que, al contrario de lo que nosotros pensamos, es bastante diversa en las diferentes zonas con muy diferentes desarrollos sociales en la época de la Conquista.









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jueves, 30 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - COPACABANA


Copacabana

Mi estancia en Copacabana ha estado marcada por la frustración de no atreverme a visitar las islas. Tanto la Isla del Sol como la de la Luna que albergan importantes restos incas.
Explico lo de la frustración. Después de la experiencia de Taquile y dado que la orografía de las islas hace que dichos restos estén en sitios altos no me he encontrado con fuerzas para afrontar una visita. Quizá es el producto de la edad por el cansancio acumulado mas la altura por encima de 8500 m s m pero la verdad es que no me he visto con fuerzas para intentarlo.
Por lo demás estos tres días en Copacabana me han servido para hacer un alto y prácticamente comer, tomar café y contemplar esta localidad que efectivamente es muy curiosa.
Es un pueblo pequeño pero un emporio turístico en ciernes lleno de bares y hostales y por consecuencia de turistas. En la calle que hay desde el centro hasta la orilla del lago hay una mezcla de bares, agencias turísticas, tiendas de artesanías, etc. que parece una calle cualquiera de cualquier pueblo turístico si no fuera por la mezcolanza de razas y aspectos de los que por allí transitan. Por otra parte hay un acoso al turista a ver si entra en el que anuncian, si bien al final da lo mismo uno que otro pues a la hora de comer todos ponen lo mismo y al mismo precio. Es curiosa que la mayoría de los reclamadores de clientes es argentino, me explicaban que vienen muchos a trabajar porque los lugareños tienen peor relación con los turistas y no saben tratarlos y recurren a estos que trabajan un tiempo siguen sus viajes o vuelven después de la temporada.
La verdad es que los bolivianos son gente muy hosca y de trato, si no difícil, si al menos desconcertante, después del ¡hola amigo! su opción es que compres algo o consumas. Por lo demás jamás te cuentan cosas del país o de la gente y si les preguntas son parcos en las explicaciones. Parece que sigue en pie ese complejo de que los extranjeros están para los negocios y no hay que mezclarse mucho con ellos, además cuando paseas y te encuentras con locales jamás te miran de frente aunque están absolutamente controlando lo que haces, sobre todo si llevas una cámara de fotos. La verdad es que no me extraña ese recelo pues en líneas generales los turistas tenemos muy poca educación y ningún decoro a la hora de fotografiar, sobre todo a la gente. Imagino si en una calle de cualquier ciudad europea uno se pusiese a fotografiar a la gente como si fueran edificios o jardines. ¿Cuál sería nuestra reacción? Un poco lo controlo por los pescadores de Zahara y su guerra a las fotos y sé que es molesto y provoca reacciones no siempre agradables.

En fin, poco más de contar de Copacabana como no sea que está en un sitio precioso paisajísticamente y que para pasar unos días de tranquilidad está muy bien pues es muy agradable sobre todo la ribera del lago donde te puedes quedar verdaderamente colgado lejos de todo y de todos. Una verdadera maravilla es un santuario enorme dedicado a la Virgen de Copacabana que ocupa el centro del pueblo y que es un espectáculo en si mismo.









martes, 28 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - PUNO



Puno


El viaje desde Arequipa, resultó como casi todos, muy largo 6 ½ h de autobús que aunque era muy cómodo, a estas alturas se hace muy pesado. Esto a pesar de que el paisaje de la puna cada vez me impresiona más.
Así que después de descubrir el impresionante mar a 3800 msm  que es el lago Titicaca e instalarme en el hotel, salí a hacer una comida merecida y darme un paseo por Puno.
El resultado fue encontrarme una ciudad, que además de ser un amasijo de turistas y de bares, recuerdos, puestos callejeros y vendedores de todo tipo de cosas para los turistas, no posee ningún que otro encanto. Es un amasijo de calles,  todas en cuesta, que no poseen ningún núcleo especialmente atractivo y además da una sensación de decadencia, pues las calles y casas están en bastante mal estado. No sé si esta apreciación será muy parcial pero, llegando como yo de Arequipa, la sensación es muy negativa.
Sin embargo la comida está mucho más internacionalizada que en Arequipa y en la gente no hay ese ambiente cosmopolita.
En fin, al día siguiente, después de arreglar mi próximo viaje y darme algún que otro paseo, llegué a la conclusión que la zona centro, Plaza de Armas y aledaños es una especie de gheto turístico y cuatro cuadras más hacia el lago vive la verdadera ciudad, que es un auténtico zoco en el que todo el mundo compra o vende algo.
Por otra parte la presencia de gente vistiendo de la forma tradicional se acrecienta bastante con respecto a Arequipa.
Por la tarde fui en una excursión a ver unas ruinas en Sillustani. Es una colina llena de tumbas de las épocas preincas e incas las tumbas, “chulpas” creo que se llaman, ocupan una colina grandísima que alrededor tiene un lago y es una formación donde se ve la evolución de las culturas de la zona hasta la época inca y como con la conquista dejaron de hacerlo. De los objetos encontrados en los ajuares dicen que su peso en oro fue más de mil kg.
Otro día fui a hacer la excursión ¡vip!, ver las islas de los Uros, esas que todos conocen que son flotantes y están hechas de totora. La experiencia está bien pero da la sensación que todo forma parte de una inmensa obra teatral, donde existen ciertos ritos por los que hay que pasar. De todas maneras es interesante cuando menos ver como se construyen las islas y como la gente que vive en ellas tiene una visión de la vida antitética de la nuestra. Es como trasladarte en el tiempo, aunque no dejan de aprovechar algunos adelantos modernos, ya no van a pescar en barcas de totora, tienen botecitos con motor fuera borda, usan paneles solares, etc.
De todas formas solo pensar que las islas tienen como quince años de promedio de vida a mí me dan escalofríos. Cada familia habita una isla propia y tienen leyes estrictas sobre el reparto de los beneficios del turismo.
Son de origen aimara y se fueron a esas islas flotantes en los años 1600 y desde entonces viven ahí.
Siguiendo la excursión fuimos a otra isla, Taquile, está en tierra firma y con una comunidad quechua. Estos, al contrario que los Uros que obviamente son pescadores, son agricultores y tienen la isla completamente adaptada en terrazas para el cultivo. Cultivan casi de todo aunque están a 4000 msm y la vida allí también es comunitaria y debe funcionar bien por lo que yo pude entrever.
Es muy curioso que el traje que nos dijeron que todavía usan asiduamente es de origen catalán que lo llevo por el 1600 un tipo de Figueras y efectivamente tiene barretina y faja, camisa con puños amplios y pantalón corto.
A mí me dan sudores solamente pensar que podría vivir allí. La plaza del pueblo está casi en lo más alto de la isla y allí nos hicieron subir. No se puede imaginar uno lo que es subir un kilómetro de escaleras casi en vertical echando los bofes y ver subir a un paisano mayor con un “aguayo” cargado con 50 Kg nos dijo.
Pero al final resulto casi más peligroso bajar pues bajamos por otro camino, otra escalera, esta vertical completamente.
En fin dos formas de ver la vida de los habitantes del lago Titicaca y dos etnias que aunque viven juntas no viven mezcladas.
Al fin hoy que no tenía nada previsto amanecimos sin luz y en toda la mañana ha habido lo cual te trastoca un poco los planes pero se ha compensado con la casualidad de al  dar un paseo y llegar a la Plaza de Armas encontrarme con un espectáculo. Había un desfile de toda la ciudadanía frente a una tribuna ocupada por autoridades. Desfilaban desde gente de los colegios, niños incluidos, universitarios, juntas vecinales, etc., precedidos y seguidos de militares. Un espectáculo y una sorpresa por verlo, todo muy militarizado y con ritmos patrióticos, vestidos impecablemente y frente a la tribuna con marcialidad.
Y eso es todo de mi visita a Puno. Eso y el frio que hace.












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jueves, 23 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - AREQUIPA 3



AREQUIPA 3


Estos dos últimos días he proseguido mis paseos por el casco histórico, que no cesa de sorprenderme, pues casi en cada rincón encuentro sorpresas inesperadas, tanto en las edificaciones como en la gente que hay alrededor, además me ha tenido entretenido más de la cuenta el cuadrar como hago mi vuelta a Montevideo. Por fin, una vez cuadrados todos los detalles, me he podido dedicar a lo que más me gusta, ver y fotografiar un espacio, la ciudad de Arequipa, e intentar discernir que es aquello que de verdad pasa aunque a nosotros, los turistas, nos pase desapercibido.
Para ello nada mejor que pasear y pasear, o sentarte en alguna plaza a contemplar los distintos tipos de relación establecidos entre las personas que por allí están. Un ejemplo interesante es la Plaza de Armas donde distingues perfectamente los habitantes de la ciudad, de los visitantes. Y eso no solamente por los rasgos físicos, que muchos de los visitantes son peruanos sino por los comportamientos, la forma de estar y sobre todo por el uso del teléfono para hacerse fotos o cerrar negocios.
También me llama mucho la atención como las diferentes clases sociales se ven representadas en la vestimenta. Hay casi casi un verdadero uniforme para los profesionales, trajeados los de ambos sexos con ese aire que parece que el traje es una segunda piel. En cambio el resto visten de una forma más sencilla pero así y todo, sobre manera en las mujeres se nota que las mayores usan una ropa más tradicional, faldas amplias y pese al calor mayoritariamente medias, en cambio las más jóvenes están usando vaqueros de esos elásticos.
Bueno en estos días aparte de mis paseos y reflexiones por fin he hecho un “tour” turístico, de esos de autocar de dos pisos tipo ingles por los alrededores del centro histórico y aparte de ver sitios turísticos, la casa del fundador, diferentes miradores, etc. también te da una imagen de la ciudad más global pues pasas por diferentes barrios y pueblecitos cercanos donde ya la vida es de otra manera.
Cerca del centro histórico hay grandes áreas de cultivo, escalonados en terrazas, algunas de origen inca, donde ves a la gente afanarse en las labores agrícolas. Ma ha recordado en algunos de ellos a los recogedores de remolacha, con sus filas de personas (aquí mayoría mujeres) encorvadas perennemente sobre un surco arrancando a la tierra sus frutos.
Otro aspecto a destacar es como a medida que te alejas del centro la construcción va cambiando no solo en tamaño o en acabado sino en urbanización, llegando a ser caótica en alguno de los lugares por los que hemos pasado.
Finalmente contar que esta mañana pronto, cuando me he levantado y he ido a fumarme mi primer cigarrillo, he comprobado con absoluta sorpresa que el volcán Misti estaba echando fumarolas, es decir que está activo. Espectacular ver desde la azotea del hostal un volcán que casi se traga la ciudad por su cercanía expulsar sobre un cielo absolutamente azul nubes y nubes de una fumarola. La experiencia fue muy superior a la del volcán Villarrica, ya que este está mucho más cerca.
Espero que no me siga persiguiendo la catástrofe pues me sentiría un poco gafe.
Mañana seguiré viaje a Puno y el famoso lago Titicaca.






martes, 21 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - AREQUIPA 2


AREQUIPA 2

Los dos días siguientes se han pasado entre largas caminatas paseando, viendo iglesias y una excursión al valle del Colca.
De mis paseos por Arequipa no hay gran cosa que decir como no sea que todo el centro histórico está completamente abarrotado de magnificas casonas de entre los siglos XVI y XX,con tanta sillería que apabulla, y en determinados recodos además te parece estar en cualquier pueblo o ciudad de Castilla, aunque aquí la piedra en la mayoría de los casos esta enyesada y con colores. Junto a las casonas hay innumerables iglesias y conventos que estos si, a diferencia del de Stª Catalina tienen los estilos muy definidos y sus claustros, los que lo tienen, obedece al espíritu español, piedra y más piedra.
El interior de las iglesias contiene un buen manojo de retablos barrocos y una imaginería muy sudamericana, muy peruana y con esa mezcla de ingenuidad, en los rostros y las posturas, propia.
Una mención aparte merece la capilla que hay en el recinto de los jesuitas en la cual se pasaría uno muchísimo tiempo por la grandiosidad de sus pinturas. Es un recinto que en su origen fue la sacristía y más tarde se dedicó a la formación final de los jesuitas que se iban a las misiones y que está completamente policromado con motivos, que aunque abarcan también el tema religioso, son fundamentalmente florales y faunísticos todo ello formando un conjunto asombroso.
Una pena que no se pueda fotografiar, solamente hice una foto por la insistencia ante el portero. Aunque me dijo que no, debe haber más en internet.
Poco más de la ciudad que el callejeo y sobre todo, cuando estoy agotado, los cafés de un bar que se llama Inkari que está en un pasaje detrás de la catedral, con una gente muy amable y una terracita sin coches ni ruidos, buenísima para pensar y descansar.
La opción ruidosa es sentarte en la Plaza de Armas o en las escaleras de la Catedral a ver el ir y venir de la gente, pues como en casi todos los pueblos y ciudades es el centro de lo que pasa en ellos. Ahí al revés que en la terraza todo son ruidos y gente que va y viene ofreciéndote de todo o turistas a los que se nos ofrece, también es lugar de cita de los lugareños, jóvenes o mayores y de los peruanos que vienen a Arequipa a algún trámite y se sacan la foto con la Catedral de fondo.
En la Catedral varios días a la semana durante media hora tocan el órgano, magnifico, que tienen. El sábado me pase la media hora encantado con el sonido del órgano de fondo y haciendo fotos en el interior.

EL VALLE DEL COLCA

Una cita obligada de todo el que pasa por Arequipa es la visita al Valle y al Cañón del Colca.
Salimos como a las 3 y media de la mañana, sacrificios del turismo, y regresamos ya anochecido. Cuando se hizo de día ya estábamos a casi 5000 m de altura, Arequipa está a 2500m, y comenzábamos la espectacular bajada al valle, así que nos despertamos en medio de una puna rodeada de macizos nevados y casi comenzando el descenso al valle por una ladera de una montaña en verdadero zigzag que cuando te tocaba la parte del precipicio veías la inmensidad de filas de montañas unas tras otras a cual más altas y con la espectacularidad de la luz del amanecer.
Todo esto hasta llegar a la capital del valle Chivay y de allí a través del valle hasta el mirador de los Cóndores en el centro del cañón.
La parte amplia del valle es un espectáculo de laderas escalonadas con diferentes cultivos pues el valle tiene abundancia de agua y es muy fértil. Esta jalonado de pueblos con muchísima agricultura y ganadería. En Chivay y en todo el valle me llamo mucho la atención el uso de la moto y del motocarro como medio de transporte, incluso público.
Poco a poco nos fuimos adentrando en el valle que cada vez se estrecha más hasta internarnos en el famoso Cañón. Es un cañón muy profundo y angosto a la vez que muy largo, larguísimo.
Desde la carretera se contempla el volcán Misti  que el guía nos dijo que es el origen del Amazonas.
Durante las paradas a lo largo del recorrido pudimos contemplar a placer una cóndor que nos deleitó con una sesión fotográfica increíble así como de diferentes paradas para poder comprar artesanías, bien en los mismos miradores o en los pueblos en los que paramos.
Entre las dos etnias que habitan el valle juega un papel importantísimo la mujer y es normal que sea ella la que se ocupe de casi todo, hijos, tejidos, ganadería, etc. Es muy curioso el uso del sombrero para saber a qué etnia se pertenece.
Una vez finalizado el recorrido del cañón y de vuelta a Chivay comimos y nos fuimos a ver su plaza de armas y sobre todo a un personaje, Ciro o Siro, que dio origen a una telenovela peruana de mucho éxito y que ha potenciado el turismo en la zona. En Chivay tienen colocadas en la calle más céntrica junto con la estatua de este la de distintos personajes de sus tradiciones y leyendas. Me llamo poderosamente la atención una de un turco. Por lo visto entre sus tradiciones hay una especie de reminiscencia de las españolas fiestas de moros y cristianos, estas entre collas y cristianos,
Cuando empezamos el regreso se descargó una tormenta y se instaló una niebla que en un mirador en el que íbamos a parar chispeaba nieve y no se veía nada, así que desistimos.
De ahí a 5000m ya todo fue bajar por las distintas áreas que dependiendo de la altura y la humedad conforman diversos tipos de vegetación o ninguna hasta finalmente llegar a Arequipa casi anocheciendo y yo con un mono de café enorme.






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sábado, 18 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - AREQUIPA 1




Arequipa


Nada más llegar a Arequipa la cosa se veía de otra manera. No solamente porque el hostal está en el centro sino porque la ciudad en si da otra sensación, ya se ven los turistas típicos y tópicos y el ajetreo de la calle es de otra manera, no tan ruidoso y además son de otra naturaleza, gente más amable y educada.
El centro histórico de Arequipa es esplendoroso, un conjunto monumental que colma las expectativas de cualquier viajero.
Obedece a un patrón meramente colonial con sus casonas de piedra de sillería y con sus increíbles patios con pórticos, aunque en muchos casos esos patios se han convertido en una especie de mercadillos con numerosas tiendas que no siempre conservan bien la estructura original.
Esta apreciación a primera vista de la ciudad se va confirmando momento a momento.
Hoy de hecho mi primera salida y como recomiendan me he ido a visitar el Monasterio de Santa Catalina de Siena.
Lo que se esconde tras sus muros es difícil de imaginar aunque te lo expliquen pues más que un convento de clausura al uso es una verdadera ciudad metida en el recinto de un convento.
Una vez dentro te encuentras con un laberinto de calles, rincones, claustros, recovecos, etc., que parece perfectamente un zoco magrebí.
Además junto con los blancos predominan los azules y rojos casi granates dando al conjunto una variedad espectacular.
El conjunto está lleno de recovecos con entradas y salidas para distintas puertas que hacen que a veces no sepas muy bien donde estas. Los diversos claustros que hay están repletos de pinturas, además de las de tema religioso otras florales con animales que le dan todavía mayor encanto. A mí me ha llamado mucho la atención un claustro, el de las novicias, en el cual alrededor estaban pintados y numerados la letanía (creo que se llama así) del rosario. Eso que tu contestabas “ora pro nobis”.
Por otra parte al ir viendo los diferentes tipos de celdas te das cuenta que también en los conventos había clases sociales y celdas más simples y otras más suntuosas. También es muy curioso que en muchas de las celdas había cocinas, algunas con un horno, como si las monjas que Vivian allí no solamente vivieran apartadas del mundo exterior sino también de las demás monjas en completo aislamiento.
Por tener tenían hasta una pequeña piscina para bañarse.

Espero que os lo imaginéis un poco al ver las fotos. Podeis poblar los rincones de personajes y os trasladareis a casi cualquier sitio menos a un convento de clausura.



jueves, 16 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - TACNA




Tacna

Salí de Arica pronto y después del viaje con los consiguientes pasos de frontera, me identificaron y me dijo el guardia que siempre que pase una frontera de Perú me lo van a hacer porque hay alguien con mi nombre que está reclamado por la policía, me encontré con la sorpresa de que eran las ocho de la mañana hora local pues se atrasan dos horas, creo.
Así que sin prisa me fui al hostal y menos mal que tenían la habitación libre. Así que me recompuse del corto viaje y salí a conocer la ciudad.
El hostal queda muy alejado del centro, así que preguntando y gracias a la amabilidad de un muchachito que me acompaño hasta dejarme situado, pude llegar.
A primera vista Tacna es una ciudad sin grandes cosas que ver, salvo que vayas de compras, que entonces tienes posibilidades infinitas.
Arquitectónicamente es fea y solo conserva cuatro o cinco edificios históricos en buenas condiciones. Todo se centra alrededor de la catedral, de un neoclásico muy soso, en el llamado Paseo Cívico y en otro, el Paseo Bologresi. El resto de la ciudad es un hervidero de coches y gente que vende de todo por cualquier sitio.
Me ha llamado mucho la atención que las zonas comerciales están sectorizadas, es decir, una calle vende muebles y hay muchas tiendas de muebles, otra ópticas, etc., lo cual sin duda facilita las cosas al comprador pero al paseante se nos hace muy monótono.
Poco más que contar como no sea que, yo creo que casi por primera vez, estoy bastante aburrido y deseando irme a Arequipa y así entrar en el verdadero mundo del viajero, monumentos y paisajes en grandes dosis.
Además como ni siquiera hay tema fotográfico pues el interesante, que sería la gente, me da mucho corte y además son muy recelosos lo que hace que no me decida. Pero es espectacular ver las viejitas indias vendiendo chumbos en una acera con su canastito durante horas y horas.









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VIAJE A SUDAMERICA - ARICA 2 - AZAPA



Arica - Azapa
Después de estar el sábado  dando vueltas por Arica y conociendo la playa de los Chinchorros, donde hay multitud de gente haciendo surf, y sobre todo descansando en lo posible pues ya empiezo a estar agotado, el domingo me dispuse a ir a ver el  Museo de la Universidad de Tarapacá en San Miguel de Azapa.
Así que salí del hostal y me fui a la esquina donde se suponía que salían unos micros que me llevaban hasta allí. En realidad tales micros son taxis de precio fijo que cuando tienen varios pasajeros que van a lo largo de ese recorrido salen, con lo cual me toco esperar un buen rato.
El Museo está en el valle de Azapa a unos 12Km de Arica, en medio de un valle productor de aceite y aceitunas de mesa que llevan haciéndolo desde mediados del siglo XVI y donde, en una antigua hacienda y molino de aceite han instalado el museo que trata de la cultura Chinchorro, antiguos pobladores de la región cuyos restos arqueológicos destacan las numerosas momias localizadas en diversos sitios que corresponden a diversos tipos de enterramientos en distintas épocas.
Además en el museo te dan una idea de la historia en la región desde estos primitivos pobladores hasta la actualidad y es interesante ver la mezcla de influencias de estos pueblos del litoral con las culturas andinas del sur de Perú y de la zona del lago Titicaca, el intercambio de productos y sobre todo como influyen las culturas andinas en la evolución y la complejidad en la vida social los pueblos de la costa.
En fin una visita interesante, complementada al salir con una especie de romería de la Virgen del Carmen a Azapa en la que a lo largo del camino (carretera general) los romeros ataviados con sus trajes típicos, caballos, bailarines de cueca, etc. iban parando en diferentes sitios con capillitas y bailando y dando vivas a la Virgen del Carmen formaban un espectáculo de lo más pintoresco.
A todo ello la fila de los automovilistas detenidos era interminable y ruidosa, pero no pasó nada,  los carabineros custodiaban la caravana y los romeros, pues eso, a divertirse.

Al fin volví a Arica y como domingo mis lugares de referencia estaban cerrados. Al final aterrice cerca del hostal en un restaurante en el que me pusieron una comida deliciosa y además, desde hacía mucho tiempo con mantel y servilletas de tela. Así que para ser mi último día en Chile no ha estado nada mal.









domingo, 12 de abril de 2015

VIAJE A SUDAMERICA - ARICA


Arica

Llegue a Arica y después de dejar la mochila en el hostal me fui a comer. A simple vista es una ciudad pequeña, falta de esa parte monumental que tenía Iquique y mucho más fea, arquitectónicamente que esta.
La actividad se concentra en cuatro o cinco calles que están repletas de gente que va y viene repleta de compras o simplemente de paseo. Esto se compensa con que hay muchos cafés con terraza que son un sitio insustituible para ver y pensar en el ritmo ciudadano y sobre la gente que transita por la ciudad.
La variedad de gente es extraordinaria y junto a personas de vestimenta impecable vez muchísima otra que denota que estamos en ese ámbito donde la mezcla de culturas y tradiciones es la norma común. Junto con esas personas impecables se ven indias, sobre todo mayores con sus sombreros, sus faldas y sus trenzas como salidas de otra época.
Otra cosa que se observa es que es una ciudad de paso hacia Perú y Bolivia donde sin duda, la vida es diferente.
No hace falta más que ir a las terminales de buses, una nacional, limpia, impoluta y súper organizada, y otra internacional, donde reina el caos más absoluto y uno es incapaz de informarse de nada de lo que anda buscando. Todo es trasiego de gente con bultos y otros intentando que cojas uno de los servicios que te ofrecen.
Otra cosa que me llama la atención es la cantidad de comercio que hay con productos de poca calidad y sobre todo los mismos en todos y también la cantidad de restaurantes chinos, al menos el nombre, que venden todo tipo de comida menos china.
Este viernes hice una excursión a la cordillera, al lago Chungara, en la que en menos de 200 km pasas del nivel del mar a más de 4500 m. sobre este.
Como experiencia es fascinante, pues es una sucesión constante de cambios no ya de paisaje en los que vas viendo los distintos ecosistemas a medida de que vas subiendo en altitud, sino que además vas viendo el sucesivo empobrecimiento de los diferentes ámbitos.
Por otra parte, no en mi caso,  ves cómo la gente que va contigo va acusando los problemas del cambio de altitud, empinamiento, que hacen que lo pasen verdaderamente mal.
Percibes también como es la vida en uno de esos pueblecitos en donde queda muy poca gente y como debe ser la vida en ellos.
Todo eso ascendiendo o descendiendo por una carretera increíble, plagada de camiones de gran tonelaje pues es la carretera internacional hacia Bolivia y son                                interminables las filas de vehículos con todo tipo de mercancías.
Para completar el panorama el día estaba nublado y hacia un frio de perros, en algún tramo inclusa llovió,  lo cual hacia ver la vida en esos lugares más lóbrega y difícil.











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