Arica
- Azapa
Después de estar el sábado
dando vueltas por Arica y conociendo la playa de los Chinchorros, donde
hay multitud de gente haciendo surf, y sobre todo descansando en lo posible
pues ya empiezo a estar agotado, el domingo me dispuse a ir a ver el Museo de la Universidad de Tarapacá en San
Miguel de Azapa.
Así que salí del hostal y me fui a la esquina donde se
suponía que salían unos micros que me llevaban hasta allí. En realidad tales
micros son taxis de precio fijo que cuando tienen varios pasajeros que van a lo
largo de ese recorrido salen, con lo cual me toco esperar un buen rato.
El Museo está en el valle de Azapa a unos 12Km de Arica, en
medio de un valle productor de aceite y aceitunas de mesa que llevan haciéndolo
desde mediados del siglo XVI y donde, en una antigua hacienda y molino de
aceite han instalado el museo que trata de la cultura Chinchorro, antiguos
pobladores de la región cuyos restos arqueológicos destacan las numerosas
momias localizadas en diversos sitios que corresponden a diversos tipos de
enterramientos en distintas épocas.
Además en el museo te dan una idea de la historia en la
región desde estos primitivos pobladores hasta la actualidad y es interesante
ver la mezcla de influencias de estos pueblos del litoral con las culturas
andinas del sur de Perú y de la zona del lago Titicaca, el intercambio de
productos y sobre todo como influyen las culturas andinas en la evolución y la
complejidad en la vida social los pueblos de la costa.
En fin una visita interesante, complementada al salir con
una especie de romería de la Virgen del Carmen a Azapa en la que a lo largo del
camino (carretera general) los romeros ataviados con sus trajes típicos,
caballos, bailarines de cueca, etc. iban parando en diferentes sitios con
capillitas y bailando y dando vivas a la Virgen del Carmen formaban un
espectáculo de lo más pintoresco.
A todo ello la fila de los automovilistas detenidos era
interminable y ruidosa, pero no pasó nada,
los carabineros custodiaban la caravana y los romeros, pues eso, a
divertirse.
Al fin volví a Arica y como domingo mis lugares de referencia
estaban cerrados. Al final aterrice cerca del hostal en un restaurante en el
que me pusieron una comida deliciosa y además, desde hacía mucho tiempo con
mantel y servilletas de tela. Así que para ser mi último día en Chile no ha
estado nada mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario