Puno
El viaje desde Arequipa, resultó como casi todos, muy largo
6 ½ h de autobús que aunque era muy cómodo, a estas alturas se hace muy pesado.
Esto a pesar de que el paisaje de la puna cada vez me impresiona más.
Así que después de descubrir el impresionante mar a 3800 msm que es el lago Titicaca e instalarme en el
hotel, salí a hacer una comida merecida y darme un paseo por Puno.
El resultado fue encontrarme una ciudad, que además de ser
un amasijo de turistas y de bares, recuerdos, puestos callejeros y vendedores
de todo tipo de cosas para los turistas, no posee ningún que otro encanto. Es
un amasijo de calles, todas en cuesta,
que no poseen ningún núcleo especialmente atractivo y además da una sensación
de decadencia, pues las calles y casas están en bastante mal estado. No sé si
esta apreciación será muy parcial pero, llegando como yo de Arequipa, la
sensación es muy negativa.
Sin embargo la comida está mucho más internacionalizada que
en Arequipa y en la gente no hay ese ambiente cosmopolita.
En fin, al día siguiente, después de arreglar mi próximo
viaje y darme algún que otro paseo, llegué a la conclusión que la zona centro,
Plaza de Armas y aledaños es una especie de gheto turístico y cuatro cuadras más
hacia el lago vive la verdadera ciudad, que es un auténtico zoco en el que todo
el mundo compra o vende algo.
Por otra parte la presencia de gente vistiendo de la forma tradicional
se acrecienta bastante con respecto a Arequipa.
Por la tarde fui en una excursión a ver unas ruinas en
Sillustani. Es una colina llena de tumbas de las épocas preincas e incas las
tumbas, “chulpas” creo que se llaman, ocupan una colina grandísima que
alrededor tiene un lago y es una formación donde se ve la evolución de las
culturas de la zona hasta la época inca y como con la conquista dejaron de
hacerlo. De los objetos encontrados en los ajuares dicen que su peso en oro fue
más de mil kg.
Otro día fui a hacer la excursión ¡vip!, ver las islas de
los Uros, esas que todos conocen que son flotantes y están hechas de totora. La
experiencia está bien pero da la sensación que todo forma parte de una inmensa
obra teatral, donde existen ciertos ritos por los que hay que pasar. De todas
maneras es interesante cuando menos ver como se construyen las islas y como la
gente que vive en ellas tiene una visión de la vida antitética de la nuestra.
Es como trasladarte en el tiempo, aunque no dejan de aprovechar algunos
adelantos modernos, ya no van a pescar en barcas de totora, tienen botecitos
con motor fuera borda, usan paneles solares, etc.
De todas formas solo pensar que las islas tienen como
quince años de promedio de vida a mí me dan escalofríos. Cada familia habita
una isla propia y tienen leyes estrictas sobre el reparto de los beneficios del
turismo.
Son de origen aimara y se fueron a esas islas flotantes en
los años 1600 y desde entonces viven ahí.
Siguiendo la excursión fuimos a otra isla, Taquile, está en
tierra firma y con una comunidad quechua. Estos, al contrario que los Uros que
obviamente son pescadores, son agricultores y tienen la isla completamente
adaptada en terrazas para el cultivo. Cultivan casi de todo aunque están a 4000
msm y la vida allí también es comunitaria y debe funcionar bien por lo que yo
pude entrever.
Es muy curioso que el traje que nos dijeron que todavía
usan asiduamente es de origen catalán que lo llevo por el 1600 un tipo de
Figueras y efectivamente tiene barretina y faja, camisa con puños amplios y
pantalón corto.
A mí me dan sudores solamente pensar que podría vivir allí.
La plaza del pueblo está casi en lo más alto de la isla y allí nos hicieron
subir. No se puede imaginar uno lo que es subir un kilómetro de escaleras casi
en vertical echando los bofes y ver subir a un paisano mayor con un “aguayo”
cargado con 50 Kg nos dijo.
Pero al final resulto casi más peligroso bajar pues bajamos
por otro camino, otra escalera, esta vertical completamente.
En fin dos formas de ver la vida de los habitantes del lago
Titicaca y dos etnias que aunque viven juntas no viven mezcladas.
Al fin hoy que no tenía nada previsto amanecimos sin luz y
en toda la mañana ha habido lo cual te trastoca un poco los planes pero se ha
compensado con la casualidad de al dar
un paseo y llegar a la Plaza de Armas encontrarme con un espectáculo. Había un
desfile de toda la ciudadanía frente a una tribuna ocupada por autoridades.
Desfilaban desde gente de los colegios, niños incluidos, universitarios, juntas
vecinales, etc., precedidos y seguidos de militares. Un espectáculo y una
sorpresa por verlo, todo muy militarizado y con ritmos patrióticos, vestidos
impecablemente y frente a la tribuna con marcialidad.
Y eso es todo de mi visita a Puno. Eso y el frio que hace.
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