CHILOÉ 3
Otro día fui a una reserva de pingüinos que hay al
noroeste de la isla de Chiloé, así que atravesamos la isla en dirección Ancud y
de allí nos desviamos a las pingüineras que están en unos islotes en una cala
preciosa donde además hay muchísimo pescador. Lo curioso es que recolectan
algas que venden a empresas de cosméticos y para ello practican el submarinismo
con unos compresores adaptados a los botes que les dan mayor autonomía. La
caleta hierve de actividad durante toda la jornada pues a la actividad propia
de los pescadores se une el continuo trasiego de lanchas que acercan a los
turistas hasta las pingüineras.
El lugar además de muy bonito es el único sitio del mundo donde
anidan para su reproducción dos especies de pingüinos diferentes los pingüinos
de Humbolt y los magallánicos, que después de la reproducción van unos al norte
y otros al sur.
Al final paramos en Ancud en una especie de museo sobre
las iglesias de Chiloé donde de forma muy gráfica te enteras de cómo fue la
construcción de las iglesias, como los constructores aplicaron los principios
de la construcción de barcos a lo que los jesuitas les pedían, resultando casi
las iglesias un barco al revés.
En cuanto a las pingüineras, por fin he visto pingüinos en
suficiente cantidad como para poder apreciarlos bien, pues habría alrededor de
un millar si contamos ambas especies. Además hay gran cantidad de aves
alrededor de los islotes conformando un bello panorama.
La gente que iba en la excursión, era prácticamente toda
chilena y de Santiago, parece que solamente viajan los capitalinos.
CHILOÉ 4
Los dos días siguientes los dediqué a ver distintas
tradiciones de los chilotes. Un día me fui a Achao donde había un festival de música
folclórica y de recuperación de costumbres verdaderamente interesante y el otro
fui a ver una tiradura de casa, una exhibición de lo que se hace a veces en las
comunidades.
El festival de Achao me recordó a mí esas fiestas de
exaltación del folclore tan del gusto en Cantabria y otras regiones españolas
donde alrededor de la música se reúnen una gran cantidad de actividades en
peligro de desaparición. En esta, además de un recinto preparado con comedores
con asados y todo tipo de comidas se mostraban distintos tipos de actividades
tradicionales, fabricación de chicha de manzana, una fragua rudimentaria, la
fabricación de tintes para el teñido de la lana, etc.
Todo con la actuación de grupos folclóricos venidos de
todo Chile en una muestra de la variedad de músicas existentes.
La “minga” de la tiradura de casa es una muestra del
sentido de comunidad que aún persiste entre los chilotas. Las mingas no son más
que la celebración de un trabajo comunitario, donde el anfitrión pone la comida
y la bebida y los demás miembros de la comunidad le ayudan con el trabajo que
necesita realizar.
En el caso de la que asistí era
una exhibición de una “tiradura” de casa, es decir, del traslado de una casa de
un lugar a otro, donde con varias yuntas de bueyes la llevan arrastrándola sobre
unos troncos.
Dado el carácter de exhibición
y la acumulación de tantísimo público en el acto, este fue un poco chapucero,
pues no había nadie que pusiera orden y la gente casi se come a los pobres
bueyes poniendo a ratos en peligro a los demás asistentes y hasta a ellos
mismos.
Además de la “tiradura” en si había
también grupos folclóricos amenizando la fiesta lo que le daba un encanto
especial.
En fin estos dos días me
recordaron a mis días juveniles de amante del folclore y de las tradiciones.
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