CHILOÉ 2
Bueno voy a
contar mi experiencia en Chiloé.
Llegue un
domingo y como es natural estaba todo parado pero así y todo me encontré con
una ciudad con muchísimos forasteros, sobre todo jovencitos mochileros que
daban a las calles mucho colorido y sensación de movimiento. Al final toda la
gente autóctona o foránea se acaba reuniendo al caer la tarde en la Plaza de
Armas, lugar emblemático de todas las ciudades de Chile, donde suele haber espectáculos
de todo tipo, pequeños de grupitos tocando, haciendo malabares o vendiendo cualquier
cosa, niños jugando al futbol, o cualquier cosa imaginable. Además en los días
que yo estuve casi cada día había un concierto de música serio que por supuesto
llenaba la plaza aún más.
Por lo demás
Castro es una ciudad muy tranquila en la que se pueden hacer pocas cosas. Una
vez que has paseado por la Costanera o has visto los grupos de palafitos que
existen y has visitado su iglesia quedan pocas cosas que hacer salvo lo ya
dicho de sentarte en la Plaza a ver correr el mundo.
Una vez me
informé de que se podía visitar en las islas me decidí en primer lugar por ir
al Parque Nacional Chiloé situado en el centro de la isla grande pero en la
costa oeste. Durante el viaje combinamos las visitas culturales, iglesia de
Chonchi con naturaleza pura y dura para finalmente recalar en el Pacífico, en
una inmensa plata de arena fina.
Por el
camino el guía nos amenizó con muchísimos datos de distinta índole, históricos,
culturales, de costumbres de las comunidades indígenas y de flora, fauna y geología
de las islas. Como curiosidad principal la visita a un cementerio chilote donde
en las tumbas edifican unas casitas donde dejan alimentos y objetos para los
difuntos y además hacen reuniones los familiares y los amigos con ellos.
El parque es
una zona de selva valdiviana en la que aparte de los caminos marcados resulta
imposible adentrarse pues es tan espesa y está tan enmarañada que no caben prácticamente
ni pequeños animales.
MAS FOTOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario